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Impactante.

A veces nuestro propio CHO escapa de la cajita en que lo guardamos. A veces un detalle, sumado a otro y a otros detalles hacer explotar una bomba de tal impacto que a veces dañamos a quién no queremos dañar. Cho, estaba en conflicto consigo y con el entorno. Ocurre que nuestra percepción de la realidad externa e interna entran en conflicto y nos dejamos llevar por una tercera realidad, generada como consecuencia de las otras en pugna.

 Todos llevamos un Cho Seung-Hui que pierde la cabeza, nadie está libre de ello, tal vez lo importante sea darse cuenta antes, aceptarlo, hablar con el, conocerlo, para que regrese a la cajita y se duerma.

A 20 metros bajo tierra y 120 kilómetros por hora, aún puedas llegar a tu target.

Felipe Kopaitic